Las tinturas son realmente eficaces y muy fáciles de hacer. Elegí tu genética favorita, reuní el material adecuado ¡y en poco más de un día vas a tener una tintura lista para usar!
Entre la diversidad de métodos para consumir cannabis, las tinturas definitivamente son una de las más fáciles de hacer y administrar. Las tinturas también son flexibles, ya que pueden hacerse más suaves o más potentes según las preferencias del consumidor. Además, son muy discretas y pueden tomarse a lo largo del día, y estando fuera de casa, simplemente aplicando unas gotas bajo la lengua, o añadiéndolas a bebidas como té, café o jugos.
El consumidor puede optar por tomarlas de forma oral, o sublingual. La administración oral produce unos efectos más duraderos, pero tarda un rato en hacer efecto. La aplicación sublingual tiene una mayor biodisponibilidad, pero los efectos no duran tanto. Algunos consumidores de cannabis prefieren las tinturas, ya que ofrecen un espectro completo. Los cannabinoides aislados, como el THC y el CBD, son potentes y útiles; pero sus efectos pueden potenciarse ante la presencia de otras moléculas, como los terpenos, a través de un proceso conocido como “efecto séquito”(Mecanismo sugerido por el cual las sustancias del cannabis actúan sinérgicamente para ejercer efectos distintos).
Preparar Tintura
Las tinturas pueden prepararse usando varios agentes de extracción, como el alcohol y la miel, pero esta guía se centra únicamente en la glicerina vegetal. La glicerina vegetal es un líquido transparente e inodoro, producido a partir de aceites vegetales, como los aceites de palma, soja o coco. La glicerina también se usa para hacer cosméticos, así que hay que conseguirla a través de un buen proveedor y asegurarte de que esté destinada al consumo humano. Aunque la glicerina se considera un disolvente más suave que el alcohol, ofrece un sabor dulce y es ideal para quienes intentan evitar completamente el consumo de alcohol.
Tintura de cannabis a base de glicerina
Ingredientes
- 14g de flores de marihuana (molidas, o picadas en trocitos)
- 500ml de glicerina vegetal
Materiales
- Embudo
- Olla de cocción lenta
- Tarro de vidrio
- Guantes de horno
- Frasco cuentagotas
- Bol
- Gasa o paño muy fino
- Paño de cocina
- Papel de horno
- Bandeja de horno
Pasos a seguir
- El primer paso es descarboxilar la marihuana. Este proceso convierte el THCA en THC psicoactivo (y el CBDA en CBD), mediante la eliminación de un grupo carboxilo del compuesto. Aunque esto suene algo complicado, solo implica calentar la hierba a una temperatura determinada. Enciende el horno a 100-115°C. Coloca el papel sobre la bandeja de horno, y extiende la marihuana uniformemente sobre el papel. Mete la bandeja al horno durante 40 minutos.
- Ahora que ya hiciste el descarboxilado a tu hierba, meterla en el tarro de vidrio. Verter la glicerina en el mismo recipiente y cerrar la tapa firmemente. Agitar el tarro enérgicamente para mezclar bien los ingredientes.
- Enchufar la olla de cocción lenta y ajústala a fuego medio. Introducir el paño de cocina en la olla, de forma que forre los laterales. Llena la mitad de la olla con agua y meter el tarro de vidrio dentro. Deja que el tarro se cocine durante 24 horas, para que haya tiempo suficiente de extraer los componentes deseados. Cada pocas horas, echa un vistazo a la olla y agita el tarro.
- Pasadas 24 horas, apaga la olla de cocción lenta y extrae el tarro con guantes de horno. Quita la tapa del tarro y deja que el extracto se enfríe. Cuando esté frío, usa la gasa, o tela fina, para colar la mezcla sobre un recipiente. A continuación, introducir el extracto en los frascos cuentagotas usando un embudo. Podes usar los restos de marihuana que queden en la gasa, mezclándolos con bebidas calientes.