Los bonsáis de marihuana existen de verdad. No son un mito. Puedes cultivar tu propio bonsái de hierba para aliviar tus penas, hacerte feliz y disfrutar de las flores.
En su incesante afán por producir los mejores cogollos, los cultivadores han desarrollado varias estrategias para optimizar sus cosechas. Y una de esas estrategias es el cultivo de árboles bonsáis de marihuana.
Parecidos a los bonsáis tradicionales, los bonsáis de cannabis son plantas en miniatura que nunca sobrepasan cierto número de centímetros. Estas plantas proporcionan a quienes las cultivan una estupenda fuente de esquejes, sin ocupar demasiado espacio ni emplear muchos recursos. Y lo mejor de todo es que son muy fáciles de mantener.
¿Qué es un bonsái?
Un bonsái es básicamente un árbol en miniatura. Sin embargo, el término bonsái no se refiere a una especie concreta, sino a la técnica que se utiliza para conservar el tamaño pequeño de estos árboles. El objetivo del cultivo de un bonsái es desarrollar una planta sana y madura que crezca solamente hasta una fracción de su tamaño natural.
Originarios de la antigua China y Japón, la práctica de cultivar bonsáis tiene más de mil años. En japonés, la palabra bonsái significa «plantado en un recipiente». Al plantar árboles en recipientes pequeños, se restringe su capacidad para absorber nutrientes y desarrollar un sistema de raíces grande, lo que se traduce en un tamaño miniaturizado.
Bonsáis de marihuana
El motivo principal por el que se suelen cultivar bonsáis de marihuana es para producir esquejes. Dado que estas plantas conservan un tamaño pequeño, los bonsáis de cannabis ocupan mucho menos espacio que una planta madre normal.
Si tenes varias plantas y problemas de espacio, los bonsáis son la solución perfecta. Pero la utilidad de estos especímenes se hace realmente patente en las plantaciones grandes de cannabis, en las que varios “cannabonsáis” madre proporcionan una enorme variedad de genes para toda la operación de cultivo. Cultivar varias plantas madre pequeñas para sacar esquejes es una forma estupenda de conservar la diversidad sin tener que depender de las semillas.
¿Cómo se cultiva un bonsái de cannabis?
Paso uno: preparar el recipiente
El primer paso consiste en preparar la maceta para la planta. Puesto que vas a cultivar un bonsái, deberás elegir un recipiente del tamaño adecuado. Para facilitar el entrenamiento, algunos cultivadores optan por perforar agujeros alrededor del perímetro de la maceta, para pasar un cordel o un hilo. Asegurarse de que los orificios sean lo suficientemente grandes para que quepa el cordel que vayas a usar. De lo contrario, podrías llevarte una sorpresa desagradable cuando llegue el momento del entrenamiento.
Paso dos: plantar el esqueje
El segundo paso consiste en colocar a la planta madre en el recipiente. Cuando elijas un esqueje para producir una planta madre, asegúrate de que sea saludable y robusto. Se pueden sacar esquejes varias veces al año, por lo que es muy importante que la madre de estos clones produzca cogollos de calidad.
Una vez que la planta madre está en la maceta, tendrás que colocar un tutor de madera para entrenar al tallo principal. Podrás usar este palo para orientar el tronco del bonsái en la dirección que prefieras. Evita dañar la raíz durante esta etapa. Introduce el tutor en la tierra junto al tallo. A continuación, usa un cordel o un hilo para atar el tallo a la estaca y a los orificios de la maceta previamente perforados.
Paso tres: entrenamiento
El tercer paso es el entrenamiento de las ramas de tu bonsái. Del mismo modo que has entrenado al tallo, deberás entrenar las ramas, atándolas con un hilo. Si quieres que queden en una posición horizontal, átalas con mayor tensión. Si prefieres que crezcan verticales, deja el cordel un poco más flojo. A la hora de atar la planta, deberás dejar espacio entre las ramas para que puedan crecer sin demasiadas restricciones.
Paso cuatro: poda
Ha llegado el momento de podar las ramas. A medida que la planta crece, deberás limitar el número de ramas con el fin de conservar la clásica forma y estatura de un bonsái, y para permitir el flujo de aire en el tallo principal de la planta. Es muy importante podar solamente las ramas secundarias, ya que si se cortan las principales podría afectar seriamente a la salud y crecimiento de la planta.
El tiempo que se deben conservar los bonsáis madre es un tema muy debatido. Dado que estas plantas se mantienen de forma indefinida en la etapa vegetativa, en teoría se pueden conservar mientras sigan con vida. Muchos cultivadores han comprobado que las índicas puras se degradan antes y las sativas puras duran más. En general, deberás reemplazar las índicas cada 3 o 4 años, los híbridos cada 4 o 5 años, y las sativas cada 5 o 6 años. No obstante, estos plazos están lejos de ser exactos y todo dependerá de la variedad y la calidad de los cuidados que recibe la planta durante su vida.
¿Qué variedades son mejores para crear bonsáis de marihuana?
Puesto que la genética de cada variedad es distinta, hay ciertos especímenes que son más adecuados para convertirlos en “cannabonsáis”. La Critical Kush y la White Widow son variedades que, gracias a su baja estatura, creemos que son unas candidatas ideales para el cultivo de bonsáis de cannabis.
Fuente: Royal Queen Seeds