La clave para que al final de temporada tus plantas te regalen esos suculentos y aromáticos cogollos está en el suelo. No podemos pretender que las variedades de cannabis produzcan flores de calidad si no están bien alimentadas. El suelo es su fuente de nutrientes, y la salud de nuestro jardín dependerá de los elementos que en él se encuentren. Hay que tener en cuenta que la tierra tiene una cantidad limitada de nutrientes, y después de varios cultivos, las plantas absorberán la mayoría, dejando el sustrato empobrecido de cara a futuras plantaciones. Enriquecer tu tierra con compost es una excelente forma de renovarlo y volverlo a nutrir. Además, es una forma muy barata y ecológica de generar abono y así ahorrar en fertilizantes, a la vez que no aseguramos de qué contiene exactamente la tierra donde cultivamos nuestras plantas de marihuana.
Un complejo ecosistema
Para que el suelo esté en buenas condiciones para nuestras plantas, no basta con llenarlo con los nutrientes y minerales esenciales, cuando hablamos de sustrato en términos de cultivo orgánico nos referimos a un complejo entramado de microorganismo beneficiosos que se necesitan y se complementan entre sí. Hablamos de crear un ecosistema vivo en el que hongos como las micorrizas, o parásitos como los nematodos beneficiosos, crean un ciclo simbiótico que protege a las plantas y las ayuda a crecer
¿Cómo hacer compost?
Hay muchas personas que creen que hacer compost es una tarea complicada y sucia que causa mal olor, pero en realidad, no es así. Si la materia se descompone adecuadamente, no tiene por qué desprender un olor fétido, si eso sucede, es que algo estamos haciendo mal. Antes de comenzar tienes que tener muy claro cuáles son los materiales que sí se pueden compostar:
- Restos de fruta
- Restos de verduras
- Granos de café
- Cáscaras de huevo
- Restos de hierbas y plantas
- Hojas secas
- Madera finamente picada y astillas de corteza
- Periódico triturado
- Paja
- Aserrín de madera no tratada
Y estos son los materiales que NO debes poner en tu compostera:
- Carne, aceite o grasa
- Restos de plantas que hayan contraído alguna enfermedad o plaga
- Madera tratada
- Heces de perros o gatos
- Productos lácteos
Paso 1: consigue una compostera
Lo primero que necesitas es una compostera. Puedes construirte una fácilmente o directamente comprarla, lo único que debes tener en cuenta es que lleve tapa, pues así el proceso de descomposición se acelerará. Una vez la tengas, ubicala en una zona sombreada en tu jardín.
Paso 2: recolecta la materia a compostar
Antes de empezar, asegúrate de que tienes una cantidad considerable de materia a compostar, una forma práctica de acumularla es colocar un pequeño contenedor en tu cocina donde destinar todos esos restos orgánicos que hemos mencionado más arriba. A la hora de colocarlo en la compostera, tienes que combinar la materia húmeda (los restos de alimentos) de la seca (hojas, madera, periódicos triturados, etc). Se trata de crear un equilibrio al 50%.
Paso 3: colócalo por capas
A la hora de meter toda la materia ya mezclada en la compostera debes ir creando capas. Nuestro consejo es que hagas una mezcla con tierra y restos de café. Coloca una capa de materia orgánica y encima otra con la mezcla de la tierra, y así sucesivamente. Asegúrate de tapar la compostera una vez hayas terminado para que las lluvias no lo empapen todo y en lugar de descomponerse, se pudra.
Paso 4: airear
De vez en cuando (cada dos semanas aproximadamente), conviene airear el compost removiéndolo con un rastrillo u otro utensilio. De esta forma se acelerará el proceso, que puede durar de 3 meses a un año, dependiendo de la cantidad de material que hayamos puesto a compostar y de si la hemos aireado convenientemente.
¿Cómo sabremos cuando está listo el compostaje?
Cuando el sustrato desprenda olor a tierra y tenga un color marrón. Si nos asomamos y ya no podemos diferenciar los diferentes elementos, sino que todo se ha convertido en una pila homogénea, sabremos que el compost ya está listo para nutrir nuestras plantas de marihuana.
Problemas que pueden surgir
Normalmente hacer compost es un proceso sencillo que no requiere muchos cuidados, pero sí es conveniente revisarlo de vez en cuando. Si notas que la textura de tu compost es demasiado viscosa, o sale un olor putrefacto de ella, eso es señal de que se ha mojado demasiado y en lugar de descomponerse de forma correcta se está pudriendo. Puedes corregirlo agregando más materia seca como aserrín u hojas. Si por el contrario está demasiado seco, puede humedecerlo con un poco de agua o agregar más material orgánico fresco.
Fuente: Dinafem