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Poner o no poner, esa es la cuestión

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Es habitual, en los grupos de consulta sobre cultivo, leer posteos de principiantes, preguntando «¿qué le pongo?».

Allí se desarma una batalla campal. «No! los  grows te venden cosas que no sirven», «no le pongas nada» o, el mejor de todos té de banana, licuado de sandia, ensalada de frutas en la maceta, ojos de sapo y pelos de la cola de un unicornio multicolor.

Casi la totalidad de aquellas personas que responden – con intentos de asistir-  lo hacen desde su experiencia personal, basándose en rumores y mitos que suelen abundar.

El problema es que, las experiencias personales no siempre cumplen determinados parámetros o conocimientos.
Cada uno con su libro, su técnica, pero eso no significa que necesariamente sea el único método efectivo.

En este caso, la ciencia que se encarga de establecer datos empíricos, justificados y reales es la BIOLOGÍA.

Los biólogos son profesionales que obtienen su título luego de finalizar una ardua y larga carrera en el ámbito académico.
Los biotecnólogos, en cambio, no solo estudian biología sino que se encargan específicamente de utilizar distinto tipo de tecnologías con diferentes finalidades. 

Etimología de las palabras


Es vital que la planta tenga un sustrato liviano, poroso y que retenga líquidos, para que pueda desarrollar sus raíces de mejor manera. Luego viene la parte química, el pH y Ec y por último los macro y micro nutrientes.  Precisa de ciertos niveles específicos de N-P-K (nitrógeno, fósforo y potasio) para alimentarse, como cualquier otra planta.
Y es aquí, en este punto, donde radica la controversia.

Un claro ejemplo sobre la alimentación del suelo, sucede con los cultivos rotativos. Consiste en alternar plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúen en un tiempo determinado.

Entonces, ¿cómo cultivamos? ¿Le ponemos o no le ponemos?

, le debemos «poner» las mejores condiciones posibles para obtener un desarrollo sano y fructífero. La clave radica en qué, cómo y cuando.

A modo introductorio: nosotros, los humanos, debemos tener un entorno adecuado para poder desarrollarnos a lo largo de nuestra vida, cuidando la salud de lo mejor posible.

Por ejemplo: si tenemos deficiencia de vitamina C, una pastilla efervecente nos aportará el equivalente que 30 naranjas. Entonces, en ese caso, ¿qué harías? ¿Comer 30 naranjas al día o tomarte un vaso con las vitaminas concentradas?
Consideremos que tuviste la oportunidad de prevenir esa carencia, pero no lo hiciste. La consecuencia? Estar débil, tener anemia, hemorragia, dolores, etc.

Pero aquellos que mantienen una dieta sana y balanceada, tengan mayor probabilidad de no tener problemas de salud.
Lo mismo pasa con las vacunas, son medios para prevenir enfermedades trágicas.

Lo mismo sucede con cualquier tipo de planta.

No existe un único método de cultivo que sea el campeón

Aunque puede variar en base a que tan profesional lo queremos hacer. Probablemente de manera casera y sin mucha atención podríamos llegar a obtener una buena cosecha. Pero con absoluta seguridad se puede afirmar que si los cuidados son minuciosos, los resultados de la cosecha serán superiores.

La experiencia personal no es absolutista y cada uno elige su método. La ciencia tiene las justificaciones empíricas para sustentar todos los resultados.

Para tener la «posta, posta» debe haber un argumento que lo justifique. Sino, esa premisa se convierte en mito.

El punto clave esta en lo que sucede debajo de la superficie.

Las raíces deben estar aptas para alimentarse y el sustrato debe tener la los nutrientes necesarios. De no ser así, la planta sufrira estrés ante adversidades, tendrá sus defensas bajas y no podrá dar óptimos resultados ni en crecimiento ni en producción.

Podemos optar por un sustrato poco nutrido y suministrar el alimento mediante los riegos. O podemos utilizar un sustrato que posea un alimento estándar y balanceado que no precise adicionar nada más. 

De todas formas, esto no asegura que en algún momento se deba intervenir de alguna manera. Pueden aparecer signos de carencia o enfermedad sobre el que debemos actuar para no perder la cosecha.

 La hidroponia es el método de cultivo más rendidor y con mejor sabor. Es recomendable para experimentados ya que la base es agua (en lugar de tierra) y la alimentación debe ser muy minuciosa y exacta.
En tiempo record obtendrás una producción inmejorable.
El único método de alimentación que se puede usar es mineral, algo temido y bastardeado por muchos mitos.

«Yo no le pongo nada y me salen terribles cocos»

¡Esta bien! ¡Felicitaciones!. Seguramente tu compost casero (o cosas compradas en vivero) sea de muy buena calidad y tengas condiciones de entorno óptimas.
Pero difícilmente obtengas los mismos resultados que una alimentación minuciosa, exacta y cuidada. Y no nos olvidemos de los bioestimulantes que incrementan el crecimiento y producción de manera orgánica.

Pero, ¿qué pasa si no le pones nada?

Son muchas las consecuencias que se pueden llegar a tener si uno no evalúa distintos puntos.

Hongos y enfermedades:
Con una dieta adecuada, se puede reforzar el sistema inmune, preparando a la planta para resistir adversidades, tanto en cultivos interiores como exteriores.
Luego de una lluvia fuerte, o un exceso de riego, las plantas corren mucho riesgo de contraer hongos fatales, como el fusarium.

Para evitar que esto suceda, se recomienda mantener una dieta sin carencias y aplicar tricodermas como antifungico natural.

En el caso del Tree Mix Pro, contiene una combinación junto a aminoácidos que no solo fortalecen a la planta sino que maximiza la absorción de nutrientes e incrementa el desarrollo radicular.

Una lluvia de febrero, te puede arruinar los 5 o 6 meses que estuviste cuidando a tu nena.
Las tricodermas pueden ayudar a prevenir enfermedades fatales, como el fusarium, y no se suelen encontrar de manera sustancial en sustratos orgánicos, por lo que, para asegurarnos, es mejor adicionarlas a través del riego o en la elaboración del sustrato.

Si no le pones nada, te puede salir muy bien. Pero si le pones algo, te puede salir mejor.

No es esencial ni clave adicionar productos al método de cultivo, pero es recomendable.

Todo depende de los resultados que se quieran obtener.

Adicionalmente, los productos ayudan a prevenir, estimular, proteger, fortalecer y alimentar.
Por otro lado, no es lo mismo un fertilizante que un bíoestimulante. Se pueden complementar o utilizar por separado.

¿Qué, cómo y cuándo?

En cannabis, lo ideal es tener en cuenta los determinados parámetros.

En etapas de vegetación se recomienda utilizar abonos ricos en nitrógeno, métodos preventivos contra hongos, plagas y enfermedades y un estimulante de crecimiento. También se sugiere complementar con un potenciador del desarrollo radicular. Esta es la clave.

En floración, la planta deja de crecer en tamaño (aunque produce un streching durante las primeras etapas) y empieza a concentrar su energía hacia las flores.
En este caso deberemos tener en cuenta aplicar fósforo y potasio para incrementar el tamaño y la resina. También se sugiere proporcionar carbohidratos para mejorar el aroma y sabor.

Leer: Floración: una correcta dieta para un mayor rendimiento. 

Biológicamente esta comprobado que cuidando estos parámetros se esta cumpliendo con todos los requerimientos para un correcto desarrollo.

Si queres aprender los mitos del cultivo, te recomendamos la siguiente nota: ¿cuál es la diferencia entre fertilizantes químicos y orgánicos?

Fertilizantes caseros vs comprados en el mercado


Antes que nada, olvidemonos de poner frutas y cascaras en nuestras macetas. Todo aporte debe estar previamente compostado, fuera de la maceta. De caso contrario, se generarán hongos y se atraerá a las plagas.

Si realizamos purines y otros brevajes, deberemos tener en cuenta su proceso, dosis y almacenado. Por lo general las preparaciones suelen degradar su efecto con rapidez. 

¡Cuidado con el Té de banana! Es uno de los grandes mitos del cultivo. Si querés saber por qué, te lo explicamos aca.

En cambio, adquiriendo un producto en el mercado tendremos mejor control de qué le estamos proporcionando a la planta.

En un producto fiable, en la etiqueta sabremos la composición exacta. De este modo, podremos medir casi con exactitud que es lo que nuestra planta esta recibiendo.
Es importante verificar que la fecha de vencimiento este vigente. De no estarlo, probablemente no haga efecto.

Que sea comprado no significa que sea «malo» o poco natural. Actualmente podemos encontrar una infinidad de productos formulados especialmente para el tipo de cultivo que queramos tener.

De hecho, lo mejor que puede haber disponible son los microorganismos vivos. Suelen ser hongos que ya se encuentran en la naturaleza de manera orgánica, solo que son incubados en un ambiente controlado mediante la biotecnología para concentrarlos y optimizar su efecto.
Esto sería prácticamente imposible obtener de manera casera. 

En síntesis:

¡Sí! A nuestros cultivos «hay que ponerle»lo que realmente necesita. A veces, las condiciones que disponemos son suficientes para tener un cultivo positivo.
Esta al alcance de cada uno, tanto económico como profesional, poder llevar a cabo el plan de cuidados y nutrición para obtener los mejores resultados.

No te olvides de chequear la sección de cultivo AQUÍ para aprender nuevos tips y combatir los mitos.